f congreso de instrucción. â¢385 MetodologÃa (continuación de la anterior.) Organización y disciplina escolar. Historia de la PedagogÃa. Ejercicios de CaligrafÃa y Dibujo aplicado á la enseñanza. Gimnástica. Canto coral. Ejercicios militares. Práctica de la enseñauza en la escnela anexa y ejercicios de CrÃtica pedagógica. «3* Revisión del programa aprobado en 24 de Enero de 1888, para poner en práctica el preinserto plan de estudios. »4* ¿Cuántos años deben durar los cur sos de las Escuelas Normales de varones? «ó» Cuál debe ser la organización en las Escuelas Normales de señoritas?» Tales son, señores representantes, las difÃciles cuestiones que se lian sometido al estudio de la comisión que subscribe, y acerca de las cuales tiene el honor de presentar el siguiente trabajo, que somete respetuosamente á la ilustración y recto juicio de esta respetable Asamblea. La comisión, ante todo, considera de estricta justicia, el manifestar que poCo ofrece de original en sus resoluciones, porque muchas de las ideas que en ellas se contienen, son las mismas que presentó la comisión de Escuelas Normales del 1er Congreso Nacional de Instrucción Pública, en trabajo importantÃsimo que no llegó á ser discutido por aquella ilustrada corporación. El estudio que hicieron de las cuestiones expuestas los Sres. Rébsamen, Yigil y Garza, no sólo nos ha servido en su parte resolutiva, sino que ann de su misma parte expositiva hemos tomado textualmente las razones que presentamos como fundamento de alguna de nuestras resoluciones. Pero, si bien en lo general hemos seguido la opinión de tan respetables personas, á riesgo de desvirtuar su interesantÃsimo estudio, nos hemos permitido mo- dificar, quizá on lo esencial, varias de sus principales proposiciones omitir otras, y agregar algunas; todo con el objeto de que nuestro trabajo, á la vez que ofrezca una completa resolución del asunto, esté también de acuerdo con el criterio que norma los trabajos de este Congreso, criterio quo se ha revelado en el novilÃsimo empeño de dejar en amplia libertad á la enseñanza, y de facilitar y difundir los medios de instrucción en el paÃs, quizá hasta con riesgo de que esa libertad nos perjudique, y cou peligro también de que se sacrifique la calidad de nuestros establecimientos de enseñanza por atender demasiado á su cantidad. La comisión no se ha dejado llevar so-lamento de sus particulares opiniones en el trabajo que presenta: cualesquiera que ellas sean eutre sus diversos miembros, aun las más contrarias al espÃritu que domiua en el Congreso, si no se han sacrificado por completo, sà se lian restringido, se han modificado con gusto, teniéndose presente que la comisión forma parle de una colectividad, á cuj a opinión tiene que someterse, máxime cuando comprende quo esa opinión general está fundada en el firme convencimiento de que su desiderátum es lo que en el actual mo-momento histórico conviene á nuestra patria. No, queremos los soñadores con el verdadero progreso de la instrucción pública, insistir más en nuestros ideales de perfeccionamiento y prudentes restricciones. T ya que de perfeccionamiento hablamos, señores representantes, conste que, no sólo de él nos hemos preocupado, sino que siempre hemos proclamado al benéfico consorcio entre la difusión y el mejoramiento de nuestra educación popular. Quizás nuestro exagerado amor á la causa sagrada en que militamos, nos ciegue hasta el punto de desconocer que hay un verdadero desacuerdo entre nuestros ideales y lo que conviene á los inte» Segundo Congreso de Instrucción,â49.