congreso d<£ instrucción. 81 ra, ignore que en esta enseñanza se sigue este método de inducción, supuesto que es el trabajo propio del niño, el que va lí descubrir por semejanzas y diferencias, el conocimiento y precisamente allí se em plea la inducción. En la escuela antigua, con la cartilla, se empleaba la deducción; se empezaba á dar á conocer la letra, después la silaba y luego la palabra, es decir, autorita-tivamente y sin que se supiera el por qué y el pára, aprendía el niño las veintinue ve letras del alfabeto castellano; mientras que con el método inductivo nos valemos de las facultades del niño para la adquisición de un conocimiento y por consiguiente, seguimos una inducción, que es lo que he llamado método objetivo. El Sr. Martínez ha dicho que yo consideraba el método puramente inductivo, pero no se ha fijado bien en que yo he dicho que el método está compuesto de la asociación de la inducción y de la deducción; porque comprendo bien que la inducción sola no basta. El C. Presidente.—Tiene la palabra el C. Martínez. El C. Martínez.—No opino lo mismo que el Sr. Dr. Ruiz, respecto de que para la enseñanza simultanea de la lectura y escritura, por el procedimiento de las palabras normales se haga uso de la inducción; y en este respecto apelo no como se ha dicho otras ocasiones, no al criterio particular del Sr. Ruiz, sino al criterio general de la Asamblea. En el conocimiento de las palabras normales se sigue un procedimiento de descomposición; se presenta una palabra completa, se hace que el niño se fige en el conjunto de esta palabra, se lo llama la atenoión sobre cada una de las sílabas y después se le dan á conocer cada una de las letras que entran en la formación de aquella palabra. Si esto no es un análisis, no sé yo qué podrá ser. No veo en el procedimiento expresado quo haya raoiocinio inductivo alguno, para que el niño llegue al conocimiento de que tal ó cual signo representa el sonido áóel sonido jpe. Repito qne tal procedimiento no es inductivo, sino simplemente analítico. El C. Presidente —Tiene la palabra el C. Cervantes Imaz. El C. Cervantes Imaz,—Para evitar dificultades, yo suplicaría á la comisión, si lo tiene á bien, que suprimiera el nombre que da al método, redactando su artículo en los siguientes términos; porque de otra manera s&suscitarán largas discusiones sobre mecido objetivo, subjetivo y didactivo, y difícilmente llegaremos á ponernos de acuerdo en este punto. Así es que para evitar dificultades insisto en que mi súplica, de que la comisión redacte su artículo en estos términos: «El método que debe emplearse en las escuelas primarias elementales, es el que consiste en ordenar y exponer las materias de enseñanza, etc.» El C. Presidente.—Tiene la palabra el C. Martínez. El C. Martínez.—Como lo que propone el Sr. Cervantes no altera en nada el pensamiento de la comisión, con gusto aceptamos su idea, quedando la proposición en estos términos: «El método que debe emplearse en las escuelas primarias elementales, es el que consiste en ordenar y exponer las materias de enseñanza, de tal manera, oto.» El C. Presiente,—Tiene la palabra el C. Zayas. El C. Zayas.—Para suplicar á la comisión tenga la bondad de decir si tiene inconveniente en poner estas palabras: mé-odo en general de enseñanza. Creo que esta es la índole de la comisión. Segundo Congreso de Instrucción.—11,